CXM Sierra de Luesia – 27,5 KM y 1650 m+
Este año 2019, la carrera por montaña Sierra de Luesia celebraba su octava edición. Una carrera veterana y ya asentada en el calendario aragonés, que cuenta con unos atractivos indiscutibles: los bosques y sendas de la zaragozana Sierra de Luesia, en las Altas Cinco Villas.

A pesar de estar en el prepirineo, la carrera tiene unos desniveles muy acusados, especialmente en el primer tramo, con el ascenso y posterior descenso del Puy Moné (1.303 m). Sin ser una carrera técnica, posee muchos kilómetros de senda y bastantes kilómetros de sube y baja, rompepiernas, lo que impide que sea un recorrido muy rápido.

La carrera es muy disfrutona, con unas paisajes de media montaña muy agradables, que invitan a correr. Muchos kilómetros por bosques, hayedos, que disminuyen la sensación de calor… Una carrera que merece la pena conocer.
ANÁLISIS DEL RECORRIDO Y CRÓNICA PERSONAL
A las 9:15 de la mañana se daba la salida desde la plaza Mayor de Luesia. Buen ambiente en la salida conjunta de las dos distancias: 27k y 15k.

Los primeros metros discurren por las calles del pueblo hasta tomar la carretera. Saldremos del pueblo y nos internaremos muy pronto en el Barranco de la Bal, todavía por pista asfaltada. A los 2 kilómetros de pista giraremos a la izquierda y comenzaremos a pisar hierba, siempre en suave ascenso. Comienza aquí la subida al collado de la Bal de Aragües.

La subida se realiza por senda y asciende unos 300m+ en 2 kilómetros. No es especialmente dura y se deja correr, aunque en algunos tramos tocará andar.
En esta primera subida me voy colocando en el «grupo perseguidor» dejando marchar a los «buenos» que llevan un ritmo inalcanzable para mí. Rondaré el top 10, voy cómodo, ni me adelantan ni adelanto, y en esta línea marcharé los próximos kilómetros.
Tras alcanzar el collado, toca una bajada fácil por un sendero a media ladera que nos deja en el Barranco de Valdiguara o Bal d’Iguara, donde se encuentra el primer avituallamiento. En la bajada, noto como el tobillo sigue un poco tocado desde la torcedura que tuve en Riglos hace ya más de dos meses. Decido no forzar y bajar «sin meter quinta».
Tras el avituallamiento, comienza la subida más dura del día, al Puy Moné. Son unos 250m+ en apenas 1 kilómetro. Subimos «a saco» por una ladera donde hay bastante roca suelta y poca vegetación. Es fácil resbalar y echo mucho de menos los bastones… qué duro es esto!!!
Afortunadamente la subida acaba pronto, tocamos cima en el Puy Moné y para abajo. Tenemos por delante la bajada más larga de la carrera por el conocido como camino de los Malos Dientes, unos 500 m- en 2,5 kilómetros. Se hace por senda y es bastante cómoda en su inicio, aunque la última parte se estrecha y hay más piedra suelta.

En la bajada, adelanto a dos corredores y me adelantan otros dos. Las fuerzas siguen intactas y continúo muy animado. Estoy disfrutando mucho a pesar del tobillo que me duele en las bajadas.
Estamos en el km. 9. Casi llegamos a tocar el valle del río Arba de Luesia pero un desvío nos lleva a mano derecha. Comienza una nueva subida por sendero de apenas 120 m+, es la primera de las tres «tachuelas» que tenemos en los próximos 5 kilómetros que, la verdad, engañan bastante. Sobre el papel parecen kilómetros rápidos donde se puede apretar, pero veremos pronto que no es así.
Tras coronar un colladito conocido como collado de Peña Cerbera (931 m), comienza un descenso rápido por buena senda que nos deja en el famoso Pozo Pígalo, una badina natural situada en un enclave precioso. Aquí encontramos el segundo avituallamiento del día.
Pasaremos junto al pozo, que lleva mucha agua, y seguiremos pegados al cauce del río, para después remontar a mano izquierda y pasar junto a un refugio (refugio del Curro). En este punto comienza la segunda «tachuela», una subida durilla por bosque de casi 150m+.

Un descenso muy suave nos dejará ya en el llamado Barranco de las Raíces. Sin tiempo para tomar aliento, comienza la tercera «tachuela», que conecta este barranco con el de Huértalo, el principal cauce de la cara Norte de la sierra de Luesia.

Si hemos sobrevivido a estas tres «tachuelas», estaremos en el kilómetro 14 y por delante tendremos una nueva subida de 400 m+. La primera parte de esta subida discurre nuevamente por bosque, por una senda que zigzaguea hasta alcanzar el collado Erica la Fosa (1.120 m). El segundo tramo se hace por la llamada cresta del Malpaso, un espolón que se desprende de la cima del Puy Fonguera (1.306 m) hacia el Norte y que, lejos de ser un sendero malo, es un tramo bastante cómodo y muy bonito, con unas vistas impresionantes.
Fotos subiendo por la cresta del Malpaso, de José Antonio Aldaz, extraídas del Facebook de la comarca de las Cinco Villas:
En esta subida sigo yendo bien y nos juntamos un grupete de tres corredores que alcanzamos juntos la cima del Puy Fonguera (nuevo avituallamiento). Apenas paro y seguimos a buen ritmo cuesta abajo.

Una nueva senda por el conocido como Bal del Abellanar me hace pasarlo mal. Es un tramo corto, por hayedo, en un sendero con mucha hoja suelta y piedras escondidas que le dan la «puntilla» a mi maltrecho tobillo. Voy bien de fuerzas, pero no puedo apretar, qué rabia.
La senda desemboca en una pista y desde la pista comienza el último ascenso «largo» de la carrera, a la Punta del Siete (1.250 m). Primero alcanzaremos el llamado collado de las Neveras o collado del Correo (según el mapa que consultemos) y después subiremos por el lomo de la montaña en un tramo bastante más inclinado.
Aquí hacen acto de presencia los calambres en los aductores. Bufff, he bebido poca agua y eso me está pasando factura. Aguanto como puedo, hago cima y para abajo intentando no perder ritmo.
Bajo la cima de la Punta del Siete hay un kilómetro cómodo y casi llano por pista, antes de tomar el sendero que nos permitirá bajar por el hayedo de Gozopaño al Barranco de la Bal.

Bajada algo técnica y alcanzamos el último de los avituallamientos (el cuarto).
No llego a parar y sigo para adelante. En el avituallamiento me dicen unos niños muy majos que voy noveno y me animo un poco pero las fuerzas comienzan a flaquear y veo que va a ser imposible mantener este puesto.
Los continuos sube y bajas de los próximos dos kilómetros hasta alcanzar la Fuente Isicar me dejan seco, cómo engaña este tramo!! Con fortuna, llego a la última bajada en décima posición. Mi ritmo no es bueno, los aductores vuelven a amenazar pero mantengo el tipo como puedo.
El último kilómetro, llano, me permite correr a un ritmo decente. Entro al pueblo y tras callejear un poco… meta!!! Décimo puesto absoluto y un tiempo de 3 horas y 15 minutos largos, más del que pensaba pero, a decir verdad, la carrera me ha parecido mucho más dura de lo que tenía en mente.

He disfrutado mucho pero también he llegado a meta muuuuuy tocado. Toca recuperar, hacer alguna tirada larga y curar bien el tobillo antes de la primera maratón del año, una vieja conocida: Bronchales.
DATOS TÉCNICOS
Distancia: 27,5 km
Desnivel positivo: 1650 m+
Tiempo neto: 3:15:53
Clasificación: 10 de 67
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OPINIÓN PERSONAL
Venía con muchas ganas de correr aquí después de no poder acudir el año pasado (estando inscrito) y la carrera me gustó muchísimo. Sí es cierto que no estábamos muchos en la distancia larga, pero la carrera cuenta con una organización excelente y con muchos medios.
Encontré bastantes voluntarios en el monte, drones grabando en las zonas más vistosas, un marcaje perfecto y un gran ambiente en la plaza del pueblo. Viendo el número de inscritos esperaba una carrera más humilde y en ese aspecto la carrera me sorprendió para bien.
El recorrido es ESPECTACULAR. Casi todo el momento iremos por senda y recorreremos bosques muy bonitos y crestas con unas grandes vistas. Otra carrera a tener muy en cuenta, quizá (y digo quizá porque no conozco todas) la carrera más bonita y más completa de la provincia de Zaragoza.
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