Circular por el Monte Buciero visitando el Faro del Caballo.
El Monte Buciero se encuentra al Norte de la villa cántabra de Santoña. Es un peñasco rocoso que separa y protege a Santoña del mar Cantábrico. Cubierto de bosques de encinas y con un karst muy interesante en la parte alta, es una zona muy conocida y visitada por los senderistas, que encuentran aquí paisajes increíbles y rutas muy interesantes.

La ruta de hoy parte de la misma villa de Santoña para internarse en los bosques del monte Buciero y ascender a su cruz, visible desde el centro de la villa. Después haremos cima en la Peña Ganzo, la punta más alta del macizo, para bajar desde allí a los acantilados de su cara Este donde se encuentra el faro del Caballo.
Una ruta con desniveles potentes y con paisajes que no se olvidan fácilmente…

EL RECORRIDO
Tras atiborrarnos a tapas y raciones en el centro de Santoña, damos un paseo por su paseo marítimo. La verdad es que, desde que hemos aparcado a las afueras, llevaba mirando de reojo el monte que teníamos frente a nosotros: el monte Buciero.
Teníamos pensado ir por la tarde al faro del Caballo pero este monte bien merece una visita, así que, tras unas búsquedas en Google y en Wikiloc, cambiamos los planes y decidimos hacer una circular subiendo a la Peña Ganzo y bajando después al faro.
Comenzamos a caminar a las 5 de la tarde en una zona residencial de las afueras. Un cartel indica el inicio del camino del Salticón, una senda muy bonita que se interna en el bosque y que comienza a ascender muy fuerte desde el primer instante.

Nos sorprende la frondosidad del bosque desde el principio. Estamos muy cerca de las casas y ya parece que estamos perdidos en una selva…
La senda asciende hasta dejarnos en una pista, junto a unas casas y explotaciones agrícolas.
Estamos en la cota 150. Vemos cerca la cruz de la Peña la Zarceta y la bandera de Cantabria que hay en la cima anexa. Tomaremos un desvío señalizado que sale de la pista y que cruza unas fincas con ganado para adentrarse de lleno en la ladera Sur de la Peña la Zarceta (360 metros).

La inclinación aumenta pero el desnivel es llevadero. Pronto alcanzamos la parte alta donde comienza a asomar el karst.
Desde la misma cruz obtenemos unas vistas brutales del entorno de Santoña: sus marismas, la playa de Berria, los Montes de Mijedo… paisajes muy bonitos que desde las alturas se aprecian todavía mejor.

Visitamos la punta anexa donde ondea la bandera de Cantabria y abandonamos el lugar para tomar una sendita apenas marcada que sale hacia el Norte. Tras descender unos metros, encontramos otro cartel indicador que nos marca el desvío a la cima de Peña Ganzo.

Dejamos pues el camino principal para internarnos en una senda poco marcada que se interna en el karst que domina la parte alta de esta montaña. Un karst que sorprende por lo intrincado e incómodo que es en algunas zonas cercanas a la cima.
Finalmente, siguiendo los hitos, hacemos cima en Peña Ganzo (378 m) y tocamos su vértice geodésico que está colgado en un risco rocoso, perdido entre los bosques de encinas que cubren todo el lugar.

Tras tocar cima, volvemos al punto donde hay un cruce de caminos y, desde ahí, ya comenzamos el descenso al famoso faro del Caballo.

En primer lugar, bajaremos por un bosque espectacular hasta la senda principal que conduce al faro. El camino de bajada es bastante salvaje y atraviesa una vieja explotación minera de hierro. Los bosques y la humedad son los protagonistas, el lugar es único.

Zigzagueando, alcanzamos la senda principal que va de Santoña al faro del Caballo. Esta senda es ancha y no tiene pérdida, hay que tener en cuenta que este faro es uno de los lugares más conocidos de Cantabria.

La senda va subiendo poco a poco hasta que se encarama a los acantilados de la cara Este del macizo donde aparece la Peña del Fraile, uno de los riscos más representativos del monte Buciero. Allá las vistas se abren al mar y la senda comienza a descender un poco hasta la cota 200.
En este punto, está el desvío al faro del Caballo y el famoso cartel que alerta de los 763 escalones que tenemos que bajar (y después subir) para alcanzarlo.

A medida que nos acercamos a los escalones, vemos más y más gente. Es un lugar muy popular y se nota a cada paso.

Comenzamos a bajar las escaleras que conducen al faro y pronto nos damos cuenta de que la inclinación es exagerada. Hay unas cables a los que agarrarse incluso, para bajar con más seguridad. En las escaleras ha habido varios accidentes en los últimos años. Si pisas mal un escalón tiene que ser difícil frenar…
Los escalones fueron construidos en el siglo XIX por presos de Santoña. Podemos imaginar las duras condiciones de trabajo en aquellos años, en un terreno agreste e inhóspito.

Pronto vemos que la inclinación va bajando y el camino se retuerce para descender entre los acantilados hasta casi el nivel del mar. En su última parte, las vistas mejoran y el faro comienza a aparecer en la parte más baja, solitario, junto al mar.
Por fin lo alcanzamos, son las 20:00 horas y… ¡estamos completamente solos en el faro! Brutal.

Aprovechamos para hacer fotos y disfrutar del momento. Desde el faro, al que se puede subir, se observa entre la neblina el macizo del pico Candina, abrupto y salvaje. Otro lugar que apuntamos en nuestra lista de montañas junto al mar.

Además de subir al faro, también se puede descender hasta el mismo nivel del mar y darse un chapuzón. Unas escaleras algo precarias permiten bajar hasta el agua. Las olas chocan contra la roca y, la verdad, el sitio no parece muy tranquilo para darse un baño… al menos ahora en abril.

Tras la visita al faro, toca subir. La ascensión, a pesar de lo inclinado de los escalones, se hace mejor de lo que parece. La última parte es realmente dura pues los escalones están muy empinados.

Bastante cansados, llegamos a la parte alta donde está el desvío señalizado. Aquí conectamos con la senda o camino por donde hemos venido los últimos kilómetros y que conduce a Santoña.
Este camino, bien marcado, desciende de forma tranquila hasta Santoña, por lo que lo seguiremos en todo momento. Tiene unas vistas muy buenas de Laredo, que está situado enfrente de Santoña, y de toda la costa.

Por el camino, alcanzaremos finalmente Santoña. Desde que entramos hasta que alcanzamos el punto de inicio junto al camino del Salticón, todavía tendremos 1,5 kilómetros «urbanos».
Cerramos el círculo a las 9 de la noche pasadas, tras 4 horas de caminata muy bien aprovechadas, visitando lugares inolvidables. Una ruta casi improvisada que nos sorprendió por su belleza y sus bosques.
DETALLES TÉCNICOS
Distancia: 11 km
Desnivel positivo acumulado: 700 m+
Tiempo neto: 3 horas y 30 minutos
Fecha de realización: 21/04/2019
Cartografía: Visor IGN
ALGUNOS LINKS INTERESANTES
El faro del Caballo tiene una larga historia. Comenzó a funcionar en 1863 y estuvo operativo hasta el año 1993. En este link encontramos fotos antiguas, detalles de su historia y enlaces que conducen a los programas que TVE ha dedicado a este curioso lugar en los últimos años y que, sin duda, han contribuido a hacer del faro un lugar muy turístico y conocido.
El Monte Buciero, forma parte de la Reserva Natural de las Marismas de Santoña y Noja. En este documento del Gobierno de Cantabria encontramos mucha información sobre su fauna, flora y características geológicas, así como su historia y las rutas senderistas que podemos realizar.
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