INTEGRAL DE IZKI (60 KM y 2.400 m+)
Pequeña aventura por el Parque Natural de Izki, en tierras alavesas, prácticamente en el extremo Sur de Euskadi, pegado a la Rioja Alavesa. Tierra de transición entre los bosques y prados húmedos tan típicos de estas tierras del Norte y la vegetación más continental e incluso mediterránea que ya podemos encontrar en zonas como La Rioja o la zona media de Navarra.

Esta ruta circular de media montaña recorre gran parte de este Parque Natural y durante sus 60 kilómetros y casi 2500 metros de desnivel positivo asciende a siete cimas representativas de la zona:
– Soila (994 metros)
– La Muela (1055 metros)
– Belabia (971 metros)
– Kapildui (1176 metros)
– San Justi (1024 metros)
– San Cristóbal (1057 metros)
– Mantxibio (937 metros)
Ruta ideal para hacer en dos días (andando) o en un día (corriendo), pues pasa por varias poblaciones (Korres, San Román de Campezo, Arluzea y Apellaniz) donde podremos avituallar convenientemente.
Es una ruta apenas publicitada y, por tanto, bastante solitaria y tranquila. Existe un libro, Integral de Izki, de Eloy Corres, donde podremos encontrar más datos sobre el recorrido.
DATOS TÉCNICOS
Punto de partida: Korres (Álava).
Cartografía: Parque Natural de Izki. Escala: 1:25.000. Editorial Sua.
Track: Integral de Izki en wikiloc
Distancia recorrida: 60,5 kilómetros.
Desnivel positivo acumulado: 2450 metros aprox.
Tiempo total contando paradas: 11 horas.
Fecha de realización: 25/03/2016
ACCESO
Korres es un pequeño pueblo enclavado en medio del Parque Natural. Desde Vitoria, se accede fácilmente por la A-132, tomando un desvío a la altura de Maeztu y siguiendo unos 5 kilómetros por carretera local. Hay un pequeño parking en la entrada del pueblo donde dejar el coche, junto al centro de interpretación y al bar.
DETALLES DEL ITINERARIO
NOTA: Entrenamiento de carrera de montaña.
A las 8:30 de la mañana, llego a Korres (710 metros; 0 horas), cielos cubiertos, alguna gota suelta y un poco de frío (5 grados).
Comienzo a andar por las calles del pueblo, siguiendo el track. La ruta no está señalizada como tal, aunque las ascensiones más populares sí que tienen cartelería del Parque, como esta al Soila.
Tomamos una senda que avanza atravesando el bosque y algunos prados. Enseguida llegaremos a una zona más rocosa donde la senda asciende decidida hasta alcanzar un colladete que da acceso al valle del río Berrón. No bajaremos por el collado, andaremos dirección SO, siguiendo la cresta de la montaña por una débil senda que atraviesa zonas de matorral hasta asomarnos a la escarpada cima del Soila (994 metros). Hermosas vistas hacia el Sur, destacando la cima del Yoar, todavía nevada. En la cima, un vértice geodésico (descatalogado?) y un curioso buzón con forma de montañero divisando el horizonte sobre otro pequeño vértice geodésico.
Volvemos al collado que dejamos atrás por la cresta. Toca un descenso intenso, escarpado, equipado incluso con unas cuerdas fijas. La senda que bordea esta montaña no es menos vertiginosa, cruzando la fuerte pendiente de la ladera SE del Soila. Conectaremos más tarde con una pista que desciende hasta una pequeña presa, apenas 1 kilómetro más abajo de Korres, valle abajo.

Cruzaremos la presa de manera bastante precaria, por el murete de la misma. En el otro lado nace una senda poco definida (tirar de GPS en este tramo). Hay que ascender dirección Oeste primero y Sur después, por sendas apenas marcadas hasta acercarnos al precipicio que se forma en esta montaña de la Muela (segunda del día). En la ladera Norte, piedra caliza, bosques casi vírgenes, algunos corzos… naturaleza pura, una maravilla.

Tras un intenso esfuerzo, alcanzo esta nueva cima: Muela (1055 metros). Por la húmeda caliza toca descender, por la ladera NO hasta alcanzar un colladete y una buena senda que desciende en zig-zag de forma cómoda hasta el bonito pueblo de San Román de Campezo. Hora de rellenar los botellines en la fuente del pueblo antes de partir hacia un largo tramo que nos introduce en la parte más aislada de la ruta.

Toca ahora un tramo bastante rompepiernas de unos 15 kilómetros atravesando pistas forestales y grandes bosques. Es la parte más monótona del día, sin duda, pero no se hace pesada.
En el km. 20 aproximadamente, encontraremos una fuente fresca y un precario refugio, lugar ideal para reponer fuerzas.

Tras recorrer unos 3 kilómetros más por densos bosques, comienza la subida al Belabia, modesta montaña de este extremo SO del Parque Natural. Una pista embarrada en mal estado sube hasta el lomo de la montaña, donde solo quedará seguirlo sin descanso. En la parte final, otro bonito bosque que llega casi hasta la misma cima. Pocas vistas aquí arriba en el Belabia (971 metros), vértice, buzón y muchos árboles alrededor.

Toco chufa y para abajo. Pronto toca llanear en una zona amplia y bastante llana donde hay un cruce de caminos y se acumulan los neveros. El track me manda hacia abajo, por una ladera empinada, surcada por una débil senda, casi paralela a una valla del ganado.

Senda sucia, por la de árboles caídos, pero muy bonita. Acabamos conectando con una vieja pista embarrada que va rodeando la zona de cumbres casi en la cota 800. La abandonaremos en una amplia curva donde nace una senda que zigzaguea para subir de nuevo a lomos de la montaña. No llegaremos a coronar el San Justi, lo dejaremos apenas 300 metros a nuestra derecha. Es hora de tomar una pista en buen estado que nos llevará hasta otro pueblo, Arluzea. Fuente justo en la entrada, coger agua.

Arluzea supone la puerta de entrada al pequeño valle del Barranco del Molino, coronado por el Kapildui, techo de esta entretenida ruta.
El valle se va estrechando y una buena senda avanza decidida valle arriba dejando a mano derecha el río, con algunas vistosas cascadas. Hay que cruzar el barranco en algunos tramos, siendo primavera, el remojón está asegurado.

El valle se divide en dos sobre la cota 1000, y tomaremos el arroyo de la izquierda. Aquí pasamos por uno de los sitios más bonitos del día, un hayedo amplio y muy bien conservado con algunos neveros que decoran el paisaje marrón de hojas secas. Muy muy chulo.
El valle termina y salimos a una zona llana, ya cubierta por completo de nieve. Es hora de tirar del GPS, pues la niebla lo cubre todo.

Afortunadamente hay huella hasta la cima del Kapildui lo que me facilita el trabajo. Kapildui (1176 metros), pocas vistas debido a la niebla, solamente un gran radar adorna la cima y un vértice casi escondido.
Esta montaña, es la cima más alta de los Montes de Vitoria y su radar es bien visible desde Vitoria capital.

Estoy poco rato allá arriba, pues el frío es intenso y voy de corto. Comienzo a descender siguiendo otra huella por una zona más abierta. La nieve va desapareciendo y conecto con una pista que seguiré durante unos kilómetros y que me deja junto a la planicie que conforma la cima del monte San Justi (1021 metros), solamente hay que desviarse unos 300 metros para coronar la cima de esta modesta montaña.

De nuevo para abajo rápido, de vuelta a la pista, que nos deja de nuevo muy cerquita de la sexta cima del día San Cristóbal (1057 metros), buenas vistas aquí de Maeztu y el valle por donde discurre la carretera por donde hemos venido.

Toca ahora una bajada empinada y bonita por un hermoso valle hasta alcanzar otra población, Apellaniz. Momento de rellenar los botellines en alguna de sus fuentes y comer unas golosinas antes de afrontar el último tramo de la aventura.

Primero por pista, cuesta arriba, y después por senda, nos acercamos a la última cima del día, cubierta por un denso bosque. El track abandona la senda y decide subir «a saco» a por la cima. Tremenda inclinación de esta ladera, que nos puede dar la puntilla si vamos justos de fuerzas. La cima de esta montaña es amplia, cubierta de bosque y es difícil dar con el buzón cimero del Mantxibio (937 metros), casi escondido.

Ya en plena bajada, encontramos un vértice geodésico, curiosa ubicación. La senda de bajada a Korres es una pasada, inclinada, se va retorciendo entre las laderas boscosas que rodean la montaña. Un último tramo más cómodo nos deja junto al pueblo de Korres (710 metros; 10 horas y 45 minutos), donde llego pasadas las 7 de la tarde. Hora de comer algo en el bar y estirar las piernas. Ha sido un día largo, pero muy bien aprovechado.
