Circular por el barranco de Enferril, Cingla de Sant Jaume y Peñas del Masmut.
Estamos en la comarca del Matarraña, una zona bastante visitada por turistas y montañeros con algunos rincones muy conocidos como el Parrizal de Beceite, el Salto de la Portellada o las Rocas del Masmut. Siempre he pensado que este rincón de Teruel tiene los paisajes más bonitos de toda la provincia, más incluso que otras zonas de montaña con más renombre como Gúdar, Javalambre o la sierra de Albarracín.

La ruta de hoy parte de Peñarroya de Tastavins y traza una amplia circular visitando las rocas de Els Mollóns, el barranco de Enferril, la Cingla de Sant Jaume (1.238 m) y las Peñas del Masmut. Una ruta muy completa que recorre barrancos, bosques y montañas casi siempre por unas sendas preciosas.

Sin duda, una de las rutas senderistas más bonitas de toda la provincia de Teruel.
NOTA: la idea de la ruta la saqué del recorrido de la Tastavins Trail 32K, una pedazo de carrera que se celebra en octubre en Peñarroya.
Detalles del itinerario
Aparcamos en Peñarroya de Tastavins (Pena-Roja de Tastavins en la lengua catalana local), en el parking de Inhospitak, uno de los centros que Dinópolis tiene repartidos por la provincia de Teruel y que permanece cerrado por la Covid-19.

Buscamos la parte alta del pueblo donde unos carteles amarillos nos indican el comienzo del sendero PR-TE 157 que da una vuelta circular a las Peñas del Masmut. Lo seguiremos hasta la conocida balsa de San Miguel. El camino hasta la balsa es muy bonito. Pasaremos junto a un peirón y un antiguo lavadero.

En la balsa, abandonaremos el camino principal y tomaremos un desvío que sale a mano derecha, también balizado. Hay marcas del espacio Peñarroya 1300, un conjunto de itinerarios de trail y BTT muy interesante. Nosotros seguiremos el itinerario 4.
Cruzaremos un pequeño barranco (barranc del Saüc) y seguiremos al otro lado del mismo por una senda muy bonita, ganando metros por un frondoso pinar. El camino va rodeando la cara oeste de la montaña conocida como La Tossa (1.195 m) que domina la esta zona próxima al pueblo.

Tras un cómodo llaneo, comenzaremos a ganar desnivel de nuevo por terreno más despejado. Estamos en el barranco de la Volta o de les Rabosses. La senda está muy bien definida y se sigue sin ningún problema. Pronto llegaremos a un colladito (cota 930 m) donde veremos un cruce de caminos: a la izquierda la subida a La Tossa, a la derecha hacia el barranco de Enferril (o barranc d’ en Ferri en el catalán local). Tomaremos el camino de la derecha.

Rodearemos las peñas conocidas como Els Mollóns, unas bonitas rocas de conglomerado parecidas a las Rocas del Masmut pero con algo menos de entidad. La senda aquí pierde metros de manera rápida para descender al barranco de Enferril por un terreno umbrío y húmedo a la sombra de las peñas.

Alcanzamos el lecho del barranco que baja con un caudal aceptable. Avanzaremos junto a él y lo cruzaremos sin problemas hasta llegar a las ruinas del Mas de Mollóns, una de las muchas masías en ruinas que veremos a lo largo de la ruta.

Ahora sí, el camino se introduce de lleno en el angosto barranco de Enferril.

El terreno se vuelve más quebrado y la senda se retuerce con algún subibaja bastante fuerte. Las paredes del barranco se estrechan y la vegetación cubre las orillas del arroyo que conforma algunas pozas muy bonitas de agua cristalina. Sin duda, es un entorno espectacular.

El barranco tiene apenas un kilómetro de longitud pero el terreno rompepiernas hace que cueste avanzar y que parezca más largo de lo que realmente es.

En la cabecera del barranco encontramos una pared de roca surcada por una cascada de agua conocida como Salt de Ferri o Salt d’Enferril. Es una cascada muy bonita con varios saltos de agua.

Para salir del cauce del barranco desandaremos unos metros y tomaremos una empinada senda que nace a mano derecha. Está muy bien balizada. La pendiente es muy dura en algunos tramos pero se sube bien. Ya en la parte alta de la ladera, veremos la cascada unos metros por debajo de nuestras cabezas.

Fuera del barranco la senda vuelve a mejorar y a hacerse más cómoda. Ahora subiremos ligeramente hasta alcanzar las ruinas del Mas dels Molinars. En este punto el terreno se abre y veremos a mano izquierda la Masía de Antolino y la sierra de los Aragoneses (ya en la provincia de Castellón).

Junto al Mas dels Molinars pasa una pista que no cogeremos. En su lugar, tomaremos una senda balizada que nace a mano derecha. Esta senda va ganando metros poco a poco y rodea a una muela por su ladera este. Atraviesa un bosque mediterráneo muy bonito y bien conservado.
Terminamos saliendo a una pista forestal que viene desde el pueblo castellonense de Coratxà ya en la comarca de la Tinença de Benifassà. Aquí el itinerario 4 del espacio Peñarroya que veníamos siguiendo se va a la derecha y nosotros, en cambio, iremos a la izquierda. El camino balizado sube a lo alto de la Sierra de los Aragoneses (pico La Puntassa – 1.345 m), pero nosotros acortaremos un poco yendo directamente al escarpe conocido como Cingla o Cingle de Sant Jaume, una prolongación de esta sierra de menor altitud.

Tomaremos la pista de la izquierda y ganaremos metros de forma muy suave, dejando el muro de la Sierra de los Aragoneses a mano derecha. Encontraremos una pequeña surgencia de agua en la propia roca donde poder tomar agua (al menos en primavera).

Cuando la pista comienza a girar a la derecha la abandonaremos para ganar la cima de la Cingla de Sant Jaume, primero por una vieja pista y después por una senda bien hollada. El punto más alto queda desplazado a la derecha del camino, no merece la pena alcanzarlo porque las vistas desde el escarpe son muy buenas. Junto al camino hay un mojón con la inscripción «Peñarroya 2 horas».

Tras echar unas fotos seguiremos por el mismo camino por el que íbamos que ahora se aproxima al escarpe y se convierte en una bonita faja o camino colgado. Avanzaremos por terreno calizo sin ninguna dificultad hasta conectar con un pinar.

La senda zigzaguea y pierde metros por un entorno muy bonito. Al llegar a la cota 1.100 llanearemos un poco e incluso ganaremos algún metro, pero siempre por terreno cómodo. A mano derecha, las vistas se abren hacia el Tossal del Hereu (1.321 m) y el Tossal d’ Encanadé (1.394 m), alturas más importantes de la zona.

La senda se interna en un precioso bosque de carrascas donde encontraremos la conocida como Creu del Llop, una cruz de piedra junto al camino en recuerdo de una niña que falleció en el siglo XIX por el ataque de un lobo.

Seguiremos llaneando y pasaremos bajo la cima de La Tossa. Sus laderas, cubiertas de pinares, hacen que no se vea su cima desde el camino.

Tras un breve descenso alcanzaremos un bonito collado donde se ubican las ruinas del Maset de Borla. En este punto comienza la bajada a las Peñas del Masmut, que haremos primero por senda y después por pista. Merece la pena detenerse en la pista y fotografiar este conjunto rocoso, es espectacular.

Ya por pista, comenzaremos a caminar cuesta abajo hacia Peñarroya de Tastavins. Poco antes de llegar a la balsa de San Miguel tomaremos un pequeño atajo por senda bien balizado como PR y, ya después, alcanzaremos el pueblo por el camino de los lavaderos que hemos cogido al inicio de la ruta.

Terminamos así una ruta espectacular y completísima. Más que nunca, recomendable al 100%.

Datos técnicos
Distancia recorrida: 20,5 kilómetros
Desnivel positivo: 920 metros
Tiempo neto: 6 horas
Fecha de realización: 20/06/2020
Cartografía: Tinença de Benifassà. Escala: 1:30.000. Editorial El Tossal.
Algunos links interesantes
La comarca del Matarraña es preciosa y bien merece una visita. Además de los pueblos más conocidos (Valderrobres, Calaceite y Beceite), hay otras localidades más pequeñas que también tienen muchos atractivos como La Fresneda, Ráfales, Monroyo o Cretas. Si buscamos un alojamiento bueno, bonito y barato y donde nos den bien de comer, recomiendo la Posada Guadalupe en Monroyo y su jardín de La Noguera. Nosotros pasamos allí un par de días y solamente podemos decir que el trato y la comida son insuperables.

A nivel de naturaleza, destacaré dos rincones que me sorprendieron por su belleza: el famosos Salto de la Portellada y el desconocido barranco del Agrebol. El primero es un salto de agua del río Tastavins cercano al pueblo de La Portellada. Muchas personas lo utilizan en verano como poza para refrescarse y darse un buen baño.

El segundo es un barranco escondido bajo el pueblo de Monroyo. Un sendero bien hollado lo atraviesa de extremo a extremo. Sorprende por su vegetación y su frondosidad. Un rincón muy desconocido pero muy atractivo que puede ser un buen plan para una mañana o una tarde.
Hola.
Hicimos ya unos años está circular, pero comenzando en la balsa de San Miguel. Una circular muy bonita, nosotros nos encanto y sorprendió, aún estando seco el barranco de Enferril.
En la misma pista, si subes un poco, hay un mirador de las rocas del Masmut, a nosotros se nos quedo pendiente subir, porque justo cuando lo íbamos a hacer se puso a diluviar y tuvimos que salir corriendo a la furgoneta, así que ya tengo excusa para volver.
Tomo nota del Espacio Peñarroya 1300, ahora con estos meses de confinamiento me he puesto en forma con la bici y me apetece hacer alguna cosa chula.
Un saludo
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Muy buenas Eduardo,
Hay rutas muy interesantes y ahora las han balizado muy bien con el Espacio Peñarroya 1300. Además de esta del barranco de Enferril, está la subida al Tossal del Hereu que también es muy bonita y solitaria.
Venga un saludo!
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