AUTV – Celestrail (83 Km y 5000 m+). Edición 2019
La Andorra Ultra Trail Vallnord (AUTV) es una de las grandes pruebas de trail de los Pirineos. Un gran evento con siete pruebas diferentes y más de 3.000 corredores que llena el «país de los Pirineos» de corredores durante casi una semana del mes de julio.

La carrera tiene una larga tradición dentro de este deporte tan joven, pues comenzó a celebrarse en 2009 y esta ha sido la XI edición. Como toda buena prueba de ultradistancia en los Pirineos, tiene fama de ser dura, muy dura, especialmente las distancia Mític (112 km), Ronda dels Cims (170 km) y Eufòria (233 km).

Yo me conformé con participar en la cuarta distancia: Celestrail, con 83 Km y 5.000 metros de desnivel positivo. Una prueba que da la vuelta a este pequeño país, pasando por tres collados a más de 2.500 metros de altura. Esta carrera es de un nivel técnico moderado, con algunos tramos complicados pero con otros muy correderos, una prueba para disfrutar y no para «sufrir» como sus hermanas mayores.
Crónica y análisis del recorrido
Llegó el día esperado, el gran objetivo de este año. El 20 de julio a las 00:00 se daba la salida de la Celestrail desde el pueblo de Ordino, en Andorra. Los momentos previos a la salida son de nervios, hay un gran ambiente con muchos familiares y curiosos, música y hasta fuegos artificiales, se nota que estamos en un gran evento.

Los primeros kilómetros discurren por el valle de Ordino, por un sendero muy cómodo que va remontando junto al río Valira del Nord, pasando por los pueblos de Ansalonga y La Cortinada.
En estos primeros kilómetros las sensaciones son buenas. Llevamos un ritmo intenso pero cómodo y me coloco entre los 30 primeros. Las ganas y la emoción me pueden y salgo más rápido de lo que debo… con el tobillo derecho todavía muy tocado y una sobrecarga en el cuadriceps izquierdo, no estoy en mi mejor momento, pero cualquiera que haya estado en una de estas carreras me entenderá y sabrá lo que es «dejarse llevar».

Llegamos a Llorts, aquí abandonamos el cómodo sendero junto al río para comenzar la primera ascensión de la noche, al Coll de les Cases (1.958 m) y a una pequeña cota posterior a más de 2.100 metros conocida como Clot de Coma Aubosa.
Por delante, más de 1.000 metros positivos con una pequeña bajada de 200 metros negativos a mitad de subida. El terreno es empinado aunque bastante cómodo, por buenas sendas que van recorriendo diferentes tramos de bosque. Las luces de los pueblos del valle y la luna iluminan el entorno; las sensaciones en una ultra de noche (cuando vas fresco) son siempre especiales.
Vamos subiendo a ritmo fuerte y constante, alcanzamos el collado de Coll de les Cases y comenzamos la subida a la cota secundaria mencionada antes. Una subida de apenas 200 m+ dura, muy dura.

Tras coronar, empieza la bajada a las Bordes de Prats Nous, una bajada corta y cómoda. Los siguientes kilómetros hasta el refugio de Pla de l’Estany son bastante llevaderos, siempre en leve subida.
Llegamos al km. 15, primer avituallamiento en el refugio de Pla de l’Estany. Los corredores de la distancia Mític (112 km) acaban de pasar por aquí y forman una vistosa hilera de frontales que sube por una empinadísima pala al pico de Comapedrosa (2.942 m), espectacular.

Es noche cerrada y hace fresco, casi frío. Relleno cantimploras y marcho rápido para abajo. Voy en el puesto 34 de casi 500 corredores aunque de esto me enteré más tarde. El ritmo hasta ahora ha sido bastante intenso y comienzo a notarlo… no estoy tan fuerte, la noche va a ser larga…
La bajada del refugio al valle de Comapedrosa es tortuosa, por un amplio camino repleto de piedras. Mi tobillo sufre aunque casi sufre más mi pierna izquierda al proteger a la derecha en cada paso de la bajada. La sobrecarga va a más.

Llego al sendero que sube al refugio de Comapedrosa con dolor en la pierna izquierda (la buena), lo que me preocupa bastante. En este punto, comienza la segunda subida larga del día, a la Portella de Sanfons (2.581 m), más de 800 m+ bastante intensos.

La subida se hace por bosque hasta que alcanzamos el refugio de Comapedrosa, siempre por sendero, con algunos tramos muy empinados. Ya en el refugio (km. 20), encontramos el segundo avituallamiento, lleno de corredores de la distancia Mític que acaban de bajar del Comapedrosa.
A pesar de estar abarrotado, el refugio está casi en silencio. Vaya caras llevamos todos… Como algo y me abrigo hasta arriba con todo lo que llevo, la noche es fría y vamos a subir hasta la cota 2600.
La subida a la Portella de Sanfons es bastante cómoda si tenemos en cuenta las cotas a las que nos estamos moviendo. Un zig-zag amplio nos deja en el collado. En este punto comienza un tramo muy bonito, atravesando la cresta del Serrat de Coll Pla, que culmina en el Cap de l’Ovella a 2.541 metros.
El tramo es sencillo, por un sendero que atraviesa la cresta de hierba, sin apenas tramos de roca. Unos fogonazos iluminan el cielo de vez en cuando, es una tormenta que parece lejana pero que pronto llegará hasta nosotros. Ya llegando al Port de Cabús (2.306 m), en plena bajada, comienza a llover y a tronar.

En un momento estamos empapados. Impermeable, guantes, braga… completamente calados.
El siguiente tramo hasta el Coll de la Botella (2.069 m) se las trae. Es mucho peor de lo que parece en el perfil, con una bajada por hierba muy resbaladiza hasta la cota 1.850 y una subida muy directa por pistas de esquí hasta el collado. Allí, en las instalaciones de la estación de esquí de Pal-Arinsal, tenemos el tercer avituallamiento en el km. 30.
Llego calado y muy destemplado, además me duele el tobillo y la pierna izquierda. No soy nada optimista la verdad, pero me dejo llevar y me tomo tres tazas de caldo caliente mientras miro las caras de los corredores de la Mític, siempre se puede estar peor…
Salgo mejor de lo que entro y bastante animado. Con ganas de correr, afronto un tramo cómodo y corredero de casi 5 kilómetros por bosque que nos deja en el Coll de Montaner, a casi 2.100 metros de altura.
Toco chufa en el control que hay en el collado y para abajo. Tenemos una larga bajada de más de 10 kilómetros hasta Escaldes donde se haya la base de vida.
El primer tramo de la bajada es complejo, con un sendero lleno de raíces y piedra suelta. Más tarde, hacia la cota 1700, alcanzamos una buena pista donde se puede apretar y aprieto. Vamos pasando por diferentes bordas y bajando de forma cómoda, aunque pronto abandonamos la pista para tomar una senda bastante «juguetona» que nos dejará en el pueblo de Sispony.

De Sispony a Escaldes todavía tendremos 5 kilómetros de descenso, al principio por senda (bastante empinada) y después por unas pasarelas de madera que discurren paralelas al río, junto a la carretera que une Escaldes con Ordino.

En este tramo me voy desfondando de forma progresiva, llegando al casco urbano de Escaldes bastante cansado. Pasaremos junto al famoso balneario de Caldea y, por fin, alcanzaremos la base de vida. Son las 7:15 de la mañana, es decir, llevo algo más de 7 horas de carrera para 45 km y 3.000 m+, no está mal.
Pincho en el control en el puesto 41º y me lo tomo con calma o al menos con más calma que mis compañeros. Como, bebo, me cambio de ropa, me doy Reflex y hasta me echo crema solar. Paso en la base de vida algo más de media hora y pierdo 11 puestos. No obstante, ha merecido la pena, salgo fresco y feliz y con ganas de afrontar los casi 40 kilómetros que quedan por delante.
Salimos de Escaldes atravesando calles y avenidas, es raro ver como la gente está comprando el pan o paseando al perro mientras tú estás realizando una ultra. Momentos curiosos…
Salimos de la ciudad por un paseo empedrado muy empinado. Poco a poco nos vamos metiendo en el valle de Madriu y la pendiente pasa de fuerte a moderada. El sendero es cómodo y los kilómetros pasan de forma rápida. Atravesamos una zona de bordas muy bonita y nos desviamos pronto a la izquierda, al Coll Jovell (1.780 m) donde culmina esta subida, la más larga de la prueba.
Llego al collado a un ritmo fuerte, pero las fuerzas vuelven a flaquear. Estamos en el km. 50 y por delante tenemos 15 kilómetros cómodos que son determinantes para el devenir de la carrera. Si tenemos piernas en estos kilómetros, lograremos acabar la carrera a buen seguro.
Hasta el km. 56 tenemos una bajada suave y después un tramo perfecto para correr conocido como el circuit de les Fonts. Estamos muy cerca del Estany d’Engolasters, uno de los lugares más turísticos de Andorra y se nota, con muchos turistas y senderistas en la zona.
Corriendo alcanzamos el km. 56, bordes de les Pardines, donde hay un nuevo avituallamiento. Tras comer y beber algo, seguimos con otro tramo por senda cómodo, bastante corredero y muy bonito. Antes de alcanzar el pueblo de Prats, pasaremos por encima del Santuario de Meritxell, el gran centro religioso de Andorra.

La senda, en leve bajada, nos deja en Prats, un barrio del pueblo de Canillo. Apenas 1 kilómetro de carretera separa a ambas poblaciones.
Canillo, km. 61. Aquí tenemos un control de tiempos. Para llegar al siguiente avituallamiento, tenemos todavía muuuuchos kilómetros… Del km. 61 al 64 iremos «llaneando» paralelos al valle del Valira d’Orient. Digo llaneando pero realmente es un tramo rompepiernas con continuas subidas y bajadas que nos pueden hacer mucho daño a estas alturas de la carrera.
En el km. 64 dejamos por fin el llaneo, cruzamos la carretera que sube al Port d’ Envalira y pasamos por el pequeño pueblo de l’Aldosa. Entramos en la recta final de la carrera con un tramo muy duro de subida hasta el Coll de la Cauba (1.900 metros).
El sendero zigzaguea entre riscos y bordas y el calor aprieta de lo lindo. Son momentos duras pero hay que aguantar. Del collado (km. 66) al avituallamiento de Armiana (km. 69) tenemos un tramo de subibaja por bosque bastante llevadero pero que se hace muy largo. Hay que tener en cuenta que del avituallamiento de Pardines a Armiana hay 13 kilómetros. Es un tramo que se suele hacer en las horas centrales del día y podemos quedarnos sin agua. Yo salvé el tramo cogiendo agua en Prats, junto antes de Canillo, en una fuente muy fresca que me salvó la vida.
Llego roto a Armiana. Es hora de comer, beber y descansar. Paro media hora porque no puedo con mi vida… A pesar de todo, los abandonos de los corredores que me preceden me hacen ganar algunos puestos, pero es engañoso, no puedo adelantar a nadie con estos ritmos tan lentos que estoy llevando…
Tras la parada de media hora me duele todo. La subida de 200 metros positivos que tenemos nada más salir del avituallamiento tampoco ayuda… Por fortuna, acaba pronto y enseguida podemos bajar hasta el barranco de Montaup donde empieza la subida final hasta el Coll d’Arenes (2.539 m).
Subida dura, por terreno relativamente cómodo, de pastos. A mano izquierda tenemos el Pic de Casamanya (2.740 m) y, a pesar del sufrimiento, me reconforto con las vistas y el paisaje de alta montaña que nos rodea.
El último kilómetro al collado es duro duro y debo parar en varias ocasiones. Llego al avituallamiento final, junto al collado, muy tocado, ya no puedo ni correr…
Paro de nuevo 15 minutos antes de comenzar el vía crucis final, la bajada a Ordino de 9 kilómetros de largo, casi nada.
El primer tramo es cómodo, por praderas y pastos de alta montaña. Poco a poco las fuerzas van viniendo a mí y vuelvo a trotar. Cuidado porque en la cota 2000 comienza un largo tramo de falso llano por bosque donde terminamos haciendo 100 m+. Es importante guardar algunas fuerzas para este trozo ya que en caso contrario se nos puede hacer muy largo.
La subidita finaliza y nos queda por delante una larga y empinada bajada por bosque de más de 600 metros negativos hasta Sornàs. Bajo haciendo uso de los bastones, que me ayudan en las frenadas porque llevo los cuadriceps tocados. El ritmo ahora no es malo y me animo…

Paso por Sornàs y bajo a la carretera de Ordino, último kilómetro por asfalto… ya oigo la megafonía de meta, una última subidita y… final! Por fin, conseguido. Llego en el puesto 44º tras 15 horas y media, vaya paliza.
Otra ultra más a la saca y van… 27.
Acabo contento, muy contento ya que en la salida tenía muchas dudas debido a las molestias físicas que venía arrastrando. A nivel competitivo, he acabado haciendo una hora más del tiempo que tenía en mente, pero siendo sincero conmigo mismo no he entrenado como debería. Me puedo dar con un canto en los dientes.
Próxima parada… algo diferente: Pyrénées Tout Trail del Grand Raid Pyrénées.
DATOS TÉCNICOS
Distancia: 83 km
Desnivel positivo superado: 5.000 m+
Tiempo: 15 horas y 32 minutos
Clasificación: 44 de 495 corredores
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OPINIÓN PERSONAL
La Andorra Ultra Trail es un gran evento, con una organización sólida y con años de experiencia. No puedo poner pegas, los voluntarios eran numerosos en los avituallamientos y el trato al corredor excelente. Sí que es cierto que la distancia entre avituallamientos era muy amplia pero entiendo que forma parte de la exigencia de la carrera. Este hecho es crucial para trazar la estrategia de carrera, quizá 1 litro de agua sea insuficiente en algunos puntos y haya que portar más.
Por lo demás, gran ambiente en la salida y en la meta, así como en algunos avituallamientos.
En definitiva, una experiencia brutal que a nivel personal ha sido también bastante dura. Mi cuerpo empieza a pedirme distancias más cortas donde poder disfrutar más y ser más competitivo. Al año que viene seguramente no pasemos de los 70 km, nos hacemos mayores 🙂
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