Ascensión clásica al Puigmal por la Coma de l’Embut.
El Puigmal, con sus 2.910 metros de altura, es la montaña más alta de la comarca catalana de El Ripollès y de todo este sector del Pirineo. Se encuentra en la frontera entre Francia y España y tiene al Oeste la inmensa llanura de la Cerdaña. Muy cerca de esta montaña, en el lado francés, nace el río Segre que más tarde recorrerá toda Cataluña para desembocar en el río Ebro, ya en tierras aragonesas.

Su ascensión desde el Santuario de Núria es muy popular debido a su sencillez y a la belleza del entorno. Desde este punto son casi 1.000 metros de desnivel positivo a superar y apenas unos 5 kilómetros de distancia, con un camino bien marcado y en perfectas condiciones. Si subimos desde el pueblo más próximo al santuario, Queralbs, la cosa se complica a nivel físico pues la ascensión alcanza los 2.000 metros de desnivel positivo. A cambio, recorreremos la Garganta de Núria, un precioso valle de alta montaña que conecta el santuario con Queralbs.

Otra opción para ascender al Puigmal desde Queralbs, es hacerlo desde el parking de Fontalba, un aparcamiento situado encima del pueblo a unos 2.000 metros de altura. Desde aquí, la ascensión es un «paseo» de 900 metros de desnivel por el hombro Sur de la montaña, con una pendiente muy asequible. Nosotros descartamos hacer la circular bajando por Fontalba porque teníamos que hacer un buen tramo de pista forestal hasta Queralbs y eso siempre nos da mucha pereza…
Detalles del itinerario
La ruta comienza en Queralbs, el último pueblo del valle del Freser, a unos 1.200 metros de altura. Para aparcar, usaremos el amplio parking del tren cremallera de Núria que se encuentra un poco más abajo del pueblo. Ya caminando, pasaremos junto a la estación y llegaremos a las primeras calles del pueblo, pero pronto giraremos a mano derecha para tomar el sendero que conduce al santuario de Núria, perfectamente balizado como GR-11 (marcas blancas y rojas).
Dejamos atrás las últimas casas de Queralbs y el sendero comienzo a subir muy fuerte, ganando bastante desnivel en muy poco tiempo. El sendero discurre por bosques y alterna tramos más abiertos que permiten contemplar el valle.

El camino pronto suaviza. Pasa junto a la fuente de la Ruira y comienza a girar a la izquierda para meterse de lleno en la Garganta de Núria, un valle de alta montaña que conduce al santuario. A mano derecha, veremos el valle del Freser, abrupto y salvaje. Este valle se conoce como Gorges del Freser y en él se encuentra el refugio de Coma de Vaca.

Nos introducimos de lleno en la Garganta de Núria y cruzamos el arroyo por el Pont de Cremal, conocido puente de piedra y punto de referencia en nuestra ruta de hoy. A partir del puente, comienza una dura subida por un zig-zag en la ladera contraria del valle.
A lo largo de la subida a Núria, veremos postes indicativos que marcan el tiempo de marcha restante y la altura a la que nos encontramos. El camino al santuario desde Queralbs tiene casi 8 kilómetros, por lo que estos postes vienen bien para saber cuánto nos queda por delante…

Ganaremos metros rápidamente y nos situaremos cerca de la cota 1700. Enfrente, tenemos la vía del tren cremallera que discurre colgada en la ladera opuesta, y el espectacular Salt del Sastre, una cascada muy larga y de gran caudal.

Toca ahora llanear un poco por terreno cómodo. El murmullo del arroyo nos acompaña en todo momento. El torrente de Núria baja con un buen caudal y también tiene alguna cascada muy vistosa. El camino es muy bonito.

Pasaremos por debajo de la vía del tren cremallera y seguiremos remontando metros por la margen opuesta, ya por terreno cómodo y evidente. Pronto tendremos a la vista el mirador de Núria, situado por encima de los 2.000 metros en una roca estratégicamente situada. La subida al mirador es durilla pero cómoda, pues el camino es muy bueno.

Alcanzaremos el mirador y las vistas se abren hacia la llanura donde se ubica el santuario de Núria y las montañas que lo rodean. La vista es simplemente espectacular.

Después de visitar el mirador, descenderemos al santuario. A mano izquierda, nada más llegar, hay una ermita y una fuente muy fresca que nos vendrá muy bien para rellenar las cantimploras. Después, aprovecharemos para descansar un poco en la amplia pradera que hay junto al santuario mientras vemos a la gente dar paseos en barca por el lago. Es un lugar idílico y bastante popular. El hecho de que llegue hasta aquí el tren cremallera lo convierte en el principal atractivo turístico de la zona.
La mayor parte de la gente que sube al Puigmal lo hace desde el parking de Fontalba o desde el propio santuario tras haber tomado el tren cremallera. Nosotros decidimos hacerlo desde Queralbs por dos motivos: el primero, recorrer la Garganta de Núria y el segundo, evitar ponerle a nuestro perro el bozal. En el tren se permiten mascotas, pero siempre con bozal y nuestro perro no lo lleva muy bien, así que subir a pie desde Queralbs nos pareció la mejor opción.

Tras el descansito, nos volvemos a poner en marcha. Saldremos hacia la izquierda y tomaremos un sendero muy evidente pero sin señalizar que pronto se interna en el bosque. Es el camino que sube al Puigmal remontando el valle conocido como Coma de l’Embut. No lo debemos confundir con el camino que va al Coll de Finestrelles que también sale desde este lado del santuario pero que comienza siendo una pista bastante llana. Nuestro camino sale a mano izquierda remontando una ladera de manera decidida desde el primer momento.

Tras un primer tramo por bosque, sobre la cota 2100, saldremos a unas amplias praderas por donde seguiremos remontando metros de forma sencilla. En la cota 2200, alcanzaremos una planicie muy fotogénica donde las vacas pastan a sus anchas y los terneros corretean…
A nuestra espalda tenemos una vista impresionante a medida que vamos ganando altura. Vemos el valle de Noucreus que da acceso a la zona de Ulldeter y toda la cabecera del Ter. Es una zona con muchas posibilidades por lo que habrá que volver…

Enfrente, tenemos el Pic de Segre (2.843 m), de figura ancha e imponente. En esta cota todavía no divisamos el Puigmal ya que queda más a la izquierda y nos lo tapa la Serra de l’Embut, un cordal que se desprende al Este del Puigmal sin cimas representativas.

Sobre los 2300 metros, el arroyo, que hasta ahora bajaba seco debido a las filtraciones, aparece y traza algunas cascadas muy bonitas. Lo seguiremos remontando por un camino muy marcado hasta la cota 2500.

En este punto, el sendero que veníamos siguiendo continúa, pero nosotros giraremos a la izquierda, cruzaremos el arroyo y nos internaremos en una inmensa pedrera. Es la cara Este del Puigmal y no tiene pérdida pues el camino está marcadísimo y, con buena visibilidad, el sendero hasta la cima se hace muy evidente.

Ya por la pedrera, seguiremos remontando sin dificultades reseñables. Como suele ocurrir, desde abajo la pedrera parecía más empinada, pero la realidad es que es un camino magnífico.

Nos acercamos a la cota 2800 y las nubes comienzan a engullirnos. Entra mal tiempo desde el Norte, es decir, desde la Cerdaña francesa y poco a poco se irá cubriendo la parte más alta. Afortunadamente, podemos hacer los últimos metros a la cima con buena visibilidad…

Poco antes de llegar al punto más alto, alcanzaremos una planicie desde donde ya se observa la cruz. Un ligero paseo nos dejará en el punto más alto… Puigmal (2.910 metros), una cima emblemática.

Parece mentira pero estamos solos en la cima. No es fin de semana y son cerca de las 4 de la tarde (es lo que tiene no madrugar) y se obra el milagro, tenemos toda la cima para nosotros.

En la cima, encontramos varios buzones y placas, el vértice geodésico y la gran cruz de metal, el elemento más llamativo. Aprovechamos para comer y recuperar fuerzas tras los 2.000 metros de desnivel positivo que nos hemos metido en el cuerpo.

Sorprenden las vistas a la Cerdaña, tremendamente llana… No parece el Pirineo. Mientras estamos en la cima, algunos montañeros franceses llegan desde la estación de esquí de Cerdagne-Puigmal 2900. Es una ruta bastante popular al otro lado de la frontera. Los senderos están muy marcados, al igual que en el lado español, y la única dificultad es el desnivel a superar.
En este otro lado de la frontera, existe una estación de trail donde hay bastantes senderos señalizados para corredores de montaña y senderistas. De hecho, la cima del Puigmal es el final de uno de los recorridos de kilómetro vertical que propone la estación.

Tras un buen rato en la cima, comenzamos el larguísimo descenso hasta Queralbs. Las nubes nos engullen de lleno en la bajada y no volveremos a ver la luz hasta la cota 2500. El frío es intenso y tenemos que ponernos hasta los guantes…

Nos sorprende la cantidad de animales que vemos en la zona. Hay muchos sarrios, manadas muy numerosas que nos observan desde la distancia y también marmotas, muchísimas, es la zona del Pirineo donde más hemos visto.
La bajada discurrirá sin sobresaltos y haremos una parada técnica en el santuario para visitar la cafetería y tomar un café calentito con algo dulce. Apenas tenemos 15 grados de temperatura y es lo que apetece.

Seguiremos descendiendo hasta Queralbs, llegando al pueblo cerca de las 9 de la noche. Ha sido un día muy intenso que nos ha dejado muy buen sabor de boca. Una ruta de alta montaña sin dificultades y muy agradecida, con unas vistas tremendas.

Datos técnicos
Distancia: 23 km
Desnivel positivo: 2.000 m+
Tiempo neto: 9 horas
Fecha de realización: 16/07/2021
Cartografía: Puigmal. Escala: 1:25.000. Editorial Alpina.
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